El auzolan, tal y como dice su propio nombre, es el trabajo vecinal que acometían, y aún lo hacen, los vecinos de los barrios rurales en el que se acometían tareas en beneficio de la comunidad (limpieza de bosques, arreglo de caminos, nuevas infraestructuras, etc).
Los caseríos vascos son pequeños y débiles al contar con una escasa dimensión territorial, por ello, el mantenimiento integro del caserío ha sido y es una de las fijaciones que los diferentes responsables agrarios y políticos han tenido para asegurar la pervivencia del mismo.
Cada vez que te acerques a un caserío, comprobarás que la puerta principal está engalanada con una Eguzkilore, “flor del Sol” , que, según la mitología vasca, era utilizada por los baserritarras para ahuyentar a los malos espíritus que abundaban en la oscuridad de la noche.