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Bizkaiko Txakolina está de estreno. A partir de la añada 2016, la que ya está a punto de salir al mercado, las botellas producidas por las bodegas adscritas a la Denominación de Origen lucirán nuevas contraetiquetas, más modernas y más claras, que permitirán al consumidor reconocer al primer golpe de vista el año, el origen y la certificación de calidad de la botella de Bizkaiko Txakolina que está comprando.

bizkai.txakolina.contraetiquetaLa contraetiqueta es el documento más importante que incorpora una botella, más incluso que la etiqueta que da nombre al txakoli o a la bodega, porque ese pequeño sello es el certificado de calidad que otorga la Denominación de Origen a los txakolis que avala después de numerosos controles sobre el proceso de elaboración, que van desde el origen de la uva hasta el embotellado final.

La contraetiqueta certifica la garantía de origen y la calidad de Bizkaiko Txakolina. El proceso para obtenerla es largo. Las bodegas adscritas a la Denominación de Origen se someten a diversos controles que permiten al Consejo Regulador conocer con exactitud el volumen de producción de cada una a partir de un análisis exhaustivo de sus viñedos o de las compras a otros productores de uva. Una vez certificado por el Consejo que las variedades de uva utilizadas son las autorizadas por el Reglamento de la DO y comprobada la cantidad, el Bizkaiko Txakolina producido se somete a un último control de calidad organoléptica por parte del Comité de Cata, que certifica que el txakoli examinado responde a las características de tipicidad y calidad exigidas.

Solo después de superar esos controles, el Consejo Regulador suministra a la bodega la cantidad exacta y numerada de contraetiquetas que certificarán que las botellas que salgan al mercado con ese sello al dorso cumplen con los niveles de calidad y autenticidad exigidos por la DO.

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